Declarada Patrimonio de la Humanidad, es uno de los lugares más emblemáticos de la cultura prehistórica de la cornisa cantábrica. Cobija un santuario en el que aparecen numerosos animales pintados: bisontes, cabras, caballos…
Tras 100 años de visitas, es necesaria una profunda labor de limpieza y conservación de la cueva, auténtico tesoro geológico, artístico y arqueológico. Una magnífica presentación virtual, que se competa con una visita a la entrada de la cueva, nos permitirá conocerla en detalle y disfrutar del conjunto de una forma atractiva, sostenible y responsable.